domingo, 24 de mayo de 2015

Teoría de las Cosas Cuquis y mini-cupcakes de galleta y chocolate

Hoy empiezo mi post con una reflexión simpática, para alegrar un poco el lunes que se avecina y arrancar alguna que otra sonrisa.

¿Os habéis fijado el increíble efecto que tiene el tamaño a la hora de describir un objeto cualquiera? Las cosas pequeñitas tienden a resultarnos especialmente monas, lindas o “cuquis”. Esta reacción es muy significativa entre las chicas, y si somos amantes de la repostería o el kraft, el efecto es mucho más acentuado. Por supuesto la combinación de cositas pequeñas junto con colorines, efectos brillantes y formas que evocan flores, mariposas o incluso libélulas, es mayúscula.
Os pondré un ejemplo para que veáis a donde quiero llegar a parar. Supongo que todos conocéis los “post-it”, esas pegatinas que usamos para tomar notas y marcar páginas señaladas de libros o revistas. En mi caso, tiendo a acumularlos de forma enfermiza por el mero hecho de ser de colores y con una forma un tanto mona. ¿Qué razón oculta y retorcida mueve a los fabricantes a lanzar al mercado diseños con formas como “mini-corazón”, “mini-mariposa”, “mini-florecita”, etc? ¿No resulta obvio? Es evidente que no buscan aumentar la superficie de escritura o pegado… Buscan captar la atención de personajes como yo, que encuentran este tipo de formas y colores totalmente irresistibles!


Por supuesto, en el mundo de la repostería creativa podemos encontrar exactamente el mismo patrón. Los reposteros nos estrujamos los sesos para conseguir los sabores y las texturas más deliciosas, y respecto a la decoración, tanto el colorido como la aplicación de las cremas y las pequeñas decoraciones son fundamentales. Lógicamente el tamaño vuelve a crear ese efecto lindo-cuqui-mono que mencionaba anteriormente. Imaginad un cupcake de vainilla, horneado en una preciosa cápsula y adornado con una rosa de buttercream y unas perlitas de azúcar… Una pequeña y dulce obra de arte que nos hace salivar ante el mero hecho de leer la descripción. Pero si dicho cupcake lo hago de tamaño XS, es decir, aproximadamente como un bombón y con un pequeño copete de crema, el resultado es todavía más lindo si cabe.

Para probar mi teoría, un buen día decidí elaborar unos mini-cupakes y llevarlos a la oficina para observar la repuesta de mis compañeros. Para ello elegí una base de bizcocho de chocolate intenso, que horneé en unas mini-cápsulas de color rojo. Una de las ventajas de este tamaño es que la misma cantidad de masa con la que obtenemos una media docena de cupcakes tamaño estándar, nos permite hacer cerca de 40 mini-magdalenas. Por lo tanto esta opción es estupenda cuando estamos interesados en hacer pequeños bocados para muchas personas, sin emplear toneladas de cápsulas y masa.
Para decorar mis pequeñas creaciones elaboré una crema de galletas. Para conseguir un sabor realmente auténtico, emplee Galletas María trituradas, que añadí una vez que la mantequilla, el azúcar glass y la pasta de vainilla estaban complemente integradas. Además de un sabor delicioso, las galletas aportan una textura granulada que recuerda a esa sensación crujiente que sentimos cuando las estamos tomando… a mi me recuerda a las meriendas de verano, sentada en torno a un gran vaso de leche fresquita y el tarro de las galletas… J
Finalmente, y para decorar los mini-cupcakes, empleé unas “mini-Oreo” y unas “mini-cookies de chocolate” un tanto monas que encontré en el supermercado. Estas pequeñas decoraciones pueden hacerse muy fácilmente en casa, pero en mi caso aquella tarde andaba algo justa de tiempo.


Sobre la reacción de mis compañeros hay mucho que contar. Podría describiros con pelos y señales la cara de las chicas; una mezcla entre gula, ansia causada por el dulce aroma que desprendían, pero al mismo tiempo un atisbo de pena por hincar el diente a algo tan pequeño,  bonito y delicado. Entre los chicos se extendieron frases como “¡Que mogollón! Así tenemos más para probar” o “Esto es muy pequeño ¿A cuántos tocamos casa uno?”.
En resumen puede decir que mis pequeñas creaciones encantaron a toda la oficina, todo el mundo quedó satisfecho y tanto chicos como chicas disfrutaron de lo lindo. Respecto a mí, me sentí orgullosa al ver sus caras, agradecí cada sonrisa y felicitación, pero por encima de todo, pude comprobar que mi ingeniosa pero absurda teoría del tamaño es totalmente CIERTA!

Espero que os haya gustado e inspirado el post de esta semana. Ya sabéis, elegid vuestra receta favorita y horneadla en tamaño pequeñito. Vuestros amigos y familiares quedaran gratamente sorprendidos a la par que “endulzados”.


Miles de besos :)


 

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