martes, 4 de noviembre de 2014

Resaca post-Halloween y dulces “de calendario”

 Como repostera aficionada reconozco que me encanta el hecho de que nuestras ricas tradiciones estén tan ligadas al mundo de la cocina, especialmente a la repostería. ¿Habéis caído en la cuenta de que cada día señalado del calendario tiene un dulce asociado? El Roscón de Reyes, los polvorones y mazapanes en Navidad, los huesos de santo y buñuelos de viento en Todos los Santos, el “cinco” en la Cincomarzada… 
La lista resulta interminable, aunque bien es cierto que las grandes cadenas de supermercados y panaderías se aprovechan de este hecho para incrementar nuestra vena consumista y generar nuevos bocados cargados de azúcar y crema pastelera. Yo soy de esas personas que se deja engatusar y, arrastrada por ese amor a los dulces, año tras año caigo en la tentación de los nuevos, y no tan nuevos, “postres de calendario”.


Teniendo en cuenta los antecedentes mencionados y mi ya reconocida adicción a hornear cupcakes de los colores más inesperados, estoy segura que os imagináis con facilidad a que he dedicado mi tiempo libre durante los últimos días. Efectivamente! Me he dedicado a preparar delicias para Halloween.

Sinceramente padezco una fantástica resaca post-Halloween… y no, no es debido al consumo de litros de alcohol durante una fiesta ataviada con un disfraz de momia, es una resaca repostera. He recibido multitud de encargos, los cuales me han venido “de miedo” para experimentar con frostings de sabores fantasmagóricos y crear decoraciones un tanto aterradoras. 

Esta celebración os puede parecer un tanto ajena a nuestras tradiciones, pero sin embargo tiene mucho más que ver con nuestras raíces de lo que se podría pensar. La fiesta como tal, en la que los niños disfrazados recorren las casas recolectando golosinas, la hemos heredado de nuestros colegas estadounidenses. Sin embargo ellos, con raíces holandesas y sajonas, la heredaron a su vez de los ancestrales cultos celtas a los muertos. Ciertamente no es necesario viajar tanto hacia nuestro pasado para  ver esta relación; hoy en día existen multitud de pueblos en el norte de España en los que la noche del día 31 de Octubre se celebran ritos y festividades tradicionales con un marcado culto a la figura de los ancestros y a la muerte. No espero dar ninguna clase magistral de historia, solo hago una pequeña reflexión acerca de lo lejanas que nos parecen ciertas celebraciones, y lo cercanas a nuestras raíces que están en realidad. 

Dicho esto, paso a relataros mis creaciones “aterradoras”. Comenzaremos por los cupcakes de brujas y telarañas. Los primeros son unos fantásticos cupcakes de chocolate intenso con una crema de canela cacahuete. Como no podía ser de otra forma, los teñí de color naranja y los adorné con unos sombreros de bruja de fondant. ¿No os resultan totalmente encantadores a la par de terroríficos? Hicieron las delicias de mis compañeros de trabajo y, debido a su éxito, tuve que volver a prepararlos para una cena familiar de mi amiga Marta. En esta ocasión, y por petición expresa de la anfitriona, sustituí la crema de cacahuete por otra de naranja; algo más ligera y refrescante. 
  


Para no encasillarme en el mundo del chocolate, y para convencer a todos los niños de lo deliciosas que son las frutas, mis segundos cupcakes son de base de plátano. Este bizcocho es uno de los más jugosos que conozco; además no es especialmente dulce y el plátano le confiere una textura y una humedad maravillosas. Para contrastar con el sabor natural de la fruta, elegí decorarlos con una crema de merengue suizo y unas telarañas de chocolate negro. 
No os dejéis asustar por el término “suizo”, ya que este merengue es muy sencillo de elaborar y tiene la gran ventaja de que emplea claras que se han calentado previamente con el azúcar. De esta forma se obtiene un acabado blanco y brillante, muy estable para decorar y que podéis conservar fuera del frigorífico. Por esta razón, estos cupcakes resultan ideales para llevarlos a la oficina o a una merienda fuera de casa. 








Como colofón a mi semana repostera, mi amiga y socia Isabel me encargó una tarta para su fiesta de Halloween. Se trata de una tarta o “layer cake” de bizcocho de vainilla, rellena con cremoso de café y chocolate. Como decoración elegí una crema de chocolate blanco teñido de un fabuloso tono naranja. La terminé con motivos de rosas, para que no perdiera esa elegancia que caracterizan todos los eventos de Isabel… incluidas las fiestas de disfraces más terroríficas! Teniendo en cuenta cierta información que ha llegado a mis oídos, que además incluye testimonio gráfico, la fiesta fue un éxito y tanto anfitriona  como invitados quedaron encantados con la tarta.




De momento esto ha sido todo respecto a “Dulces de Calendario-primera parte”. No os relajéis demasiado, ya que llega una época especialmente activa en cuanto a repostería se refiere y tengo la intención de regalaros más fascículos repletos de creaciones NAVIDEÑAS, llenas de colores, copos de nieve y árboles de navidad.

Feliz semana a tod@s!! :)

  



 P.D. Se de buena tinta que Isabel preparó unos cake-pops “de miedo” para su fiesta, de los cuales espero recibir fotos en los próximos días! :)


   




No hay comentarios:

Publicar un comentario

Agradecemos tus comentarios! :)