Buenos días a tod@s!
Por fin tengo un ratito para descansar y sacar unos
minutos de mi ajetreada y saturada rutina para escribir un post y actualizar mi
querido blog. Cuando publiqué mi última receta los días todavía eran oscuros,
las tardes algo más cortas y el tiempo algo fresquito. Sin embargo, tras unas
largas vacaciones en la tierra del Sol Naciente, amanezco en una tierra llena
de sol, colores y un tiempo primaveral o casi veraniego. Mis periplos por
tierras Japonesas merecen un post independiente, ya que vuelvo cargada de
experiencias, energía y muchas ideas reposteras un tanto exóticas. Además, hoy
os traigo unas líneas muy muy interesantes.
Como os decía, la primavera nos
ha inundado, el verano parece arañar días a las previsiones meteorológicas y la
gente luce radiante y sonriente. ¿No os parece que este año el invierno ha sido
algo más largo? A mí me ha parecido frío, oscuro y eterno… Los despertares en
la más oscura de las madrugadas y las tardes cortas y lúgubres me han resultado
pesadas; los días caían como losas en mi cabeza y mi corazón, y mi estado
de ánimo no ha pasado por el mejor de los momentos. Sin embargo, mayo ha
llegado y por fin la primavera se ha dejado caer por estas tierras. Paseo por
la calle sin rumbo definido, dejando que los rayos del sol laman mi piel con
delicadeza, el olor de las primeras flores inunda mis fosas nasales y mi
sonrisa bobalicona no es capaz de apartarse de mi cara. Creo que volveré a
escribir sobre la primavera, mi amor por las flores de colores y mi necesidad
de absorber cada rayo de sol, cual planta en un invernadero. Sin embargo, mis
reflexiones pretenden introducir el tema principal de mi post. Además de la
llegada del buen tiempo, el mes de mayo es característico por una cosa: ¡queda
inaugurada la temporada de comuniones y celebraciones varias!
La madre de Diego, Lucía, nos hizo varias peticiones
especiales, además de definir la temática cromática conjunto. De esta forma,
Isabel y yo nos pusimos manos a la obra para diseñar una mesa dulce, cargada de
golosinas, repostería casera y basada en los colores BLANCO y ROJO. Como podéis
ver las golosinas estaban presentes en la mesa, ya que hacen las delicias de
todos los niños. Sin embargo, las colocamos en una disposición diferente, en
forma de árboles de ChupaChups y Sugus. Son ideas sencillas, pero aporta
originalidad al conjunto y hacen que el resultado sea mucho más “cuco”. Unas
cestas y cuencos la mar de lindos hicieron el resto.
Como no podía ser de otra forma, la repostería casera
debía estar presente en nuestra mesa, ya que es nuestra seña de identidad. Los
muffins de chocolate con pepitas de chocolate negro hicieron las delicias de
los invitados, tanto pequeños como adultos. Unas galletas en forma de piruleta
despertaron más de una sonrisa entre los niños, pero los grandes protagonistas
de la mesa fueron los cakepops. Se trata de un dulce algo laborioso, ya que
requiere el horneado de las esferas de bizcocho, así como el baño de chocolate
y la decoración. Sin embargo el resultado es muy bonito y delicioso. Estos
pequeños bocados son perfectos para saciar un momento de gula incontrolada y
los niños pueden comerlos con facilidad debido a los palitos y a su tamaño
reducido. En nuestro caso, y para respetar la armonía cromática del conjunto,
bañamos los bizcochitos de vainilla con chocolate negro y rojo. Unos
sprinkles de colores adheridos a la cobertura caliente, aportaron alegría y
dieron un aspecto precioso. Personalmente os recomiendo este dulce
para acompañar meriendas o cumpleaños, ya que es una manera muy divertida y
elegante de comer bizcocho. Los niños disfrutan por doquier y los adultos
pueden permitirse un pequeño bocado sin preocuparse por las calorías!
Por supuesto, toda mesa dulce que se precie debe tener unas cookies
de pepitas de chocolate, e Isabel es una experta en esta receta. El único
inconveniente que tienen sus galletas es que soy totalmente incapaz de comerme
solo una. Reconozco que resistí de forma casi sobrehumana mientras colocaba cada deliciosa galleta en su bandeja y finalmente conseguí… comerme solo una!
Para que el resultado fuera perfecto, añadió un detalle muy especial; una "súper cookie-piruleta" especialmente pensada para el gran protagonista, Diego.
Finalmente, atendimos una petición diferente y preparamos una de nuestras especilidades más originales: los "bizcochitos en botes". En esta ocasión fueron horneados y decorados como los detalles para los invitados. De esta forma, cada asistente pudo llevarse a casa un recuerdo dulce de este día fantástico.
Solo me queda dar las gracias a Lucía por confiar en nosotras para organizar este evento. Sabemos que tanto ella, como los invitados y especialmente Diego quedaron encantados con la mesa dulce y esperamos que piense en nosotras para futuras celebraciones. Como siempre, Isabel y yo disfrutamos de lo lindo endulzando las vidas de todos los asistentes!
Espero que os haya gustado el post de esta semana. Nos vemos prontito :)
Besos dulces
P.D. Isabel! No pensarías que iba a olvidarme de tí... Mil gracias por tus ideas, tu energía y tus dotes para la organización. No podría tener una compañera mejor :) Besitos
Gracias por todo a las dos. Sois geniales. Diego dice que a ver cuando le preparáis otra Candy!!!.Besos.
ResponderEliminarSoy tia de Lucia y tuvo uba gran idea en contar con vosotras, la mesa de dulces y reposteria tuvo un gran exito
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarGracias por todo a las dos. Sois geniales. Diego dice que a ver cuando le preparáis otra Candy!!!.Besos.
ResponderEliminarMuchas gracias a ti por contar con nosotras. Encantadas de que Diego haya disfrutado tanto :) Besos dulces
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