Hoy al
despertarme he tenido una sensación especial. Podría ser debido a que no he
amanecido en mi cama, sino en un acogedor hotelito de la ciudad de Wiesbaden.
Mi trabajo me obliga a visitar esta zona de Alemania de cuando en cuando, y
esta vez la ciudad me ha resultado gratamente agradable. Nada más pisar las
baldosas heladas de la calle, un millón de olores han invadido mis fosas
nasales. Wiesbaden en Noviembre huele a pretzel’s recién hechos, bollos de
queso calentitos y tazas humeantes de Glüwein;
pero sobre todo, Alemania en Noviembre huele a… NAVIDAD!
Una de
las costumbres que más me gusta de nuestros colegas alemanes es lo
sorprendentemente pronto que comienzan a festejar la Navidad. A partir de
mediados de Noviembre las calles se tiñen de luces de colores, arboles cuajados
de adornos brillantes ocupan todas las esquinas y no hay ventana que no regale
una sonrisa hecha de espumillón y angelotes de mofletes sonrosados. Pero sin
ninguna duda lo que adoro de estas fechas son los típicos Mercadillos de
Navidad. Desde la imponente Frankfurt hasta la pintoresca Wiesbaden, pasando
por Munich, Dresden o Dusseldorf, no hay localidad que no saque sus mejores
galas para recibir a la Navidad y organizar los mejores mercadillos.
Las calles y plazas se llenan de puestos en forma de casetas rústicas de madera, donde pueden encontrarse desde adornos tradicionales para colgar en los árboles, hasta personajes del Belén con todo lujo de detalles. Tiendas ambulantes repletas de velas aromáticas, esencias dulces de canela y almendras, té de los confines más alejados o velas fabricadas de forma artesanal… cientos de productos navideños inundan las calles. Y por supuesto, la gastronomía no pasa desapercibida.
Las calles y plazas se llenan de puestos en forma de casetas rústicas de madera, donde pueden encontrarse desde adornos tradicionales para colgar en los árboles, hasta personajes del Belén con todo lujo de detalles. Tiendas ambulantes repletas de velas aromáticas, esencias dulces de canela y almendras, té de los confines más alejados o velas fabricadas de forma artesanal… cientos de productos navideños inundan las calles. Y por supuesto, la gastronomía no pasa desapercibida.
Las especialidades de repostería navideña son fabulosas, cargadas de sabor y llenas de contundentes ingredientes. Voy a comenzar por el “stollen”, un pan dulce y muy aromático, relleno de frutos secos y frutas confitadas; una rebanada resulta el acompañante perfecto de una taza de té. Las galletas también son deliciosas; las hay de muchos tipos y sabores, pero mis preferidas son las “zimsterne”, aromatizadas con canela y bañadas con un glaseado blanco y espeso. Además su forma de estrella navideña las hace inconfundibles y muy llamativas. Y por supuesto no podemos olvidarnos del pan de jengibre o “Lebkuchen”, caracterizado por ser crujiente por fuera pero muy tierno en su interior y con un maravilloso toque picante que le proporciona la pimienta. Los puestos están repletos de estos panes con características formas de corazón, estrella y otros símbolos navideños como arbolillos, bastones y simpáticos hombrecitos.
Como podéis ver aproveché mi noche libre para perderme entre luces, árboles decorados de forma suntuosa y ríos de gente comiendo y bebiendo. Saboreé los dulces más apetecibles, compré un adornito con forma de reno para casa y tomé una buena taza de vino caliente, muy recomendable para combatir el frío invernal que ya se deja notar por el norte de Europa.
Ya de vuelta a casa, decidí aportar mi pequeño granito de arena a la cultura navideña alemana, preparando unos cupcakes de chocolate y cerveza negra, acompañados por un frosting de queso especiado.
Estos cupcakes son una excusa para homenajear los
sabores que tanto adoro y al mismo tiempo hacer un regalo de cumpleaños a un
amigo.
En esta ocasión no necesitamos bañar los bizcochos
con almíbar o rellenarlos, ya que la receta da un resultado muy jugoso y
esponjoso. Para la decoración me decanté por una crema de queso con unos toques
de especias navideñas, como son la vainilla, el jengibre y el clavo Finalmente
un poco de nuez moscada espolvoreada y
unos mini-pretzels, son el adorno final de unos cupcakes que recuerdan a las
navidad en tierras alemanas y sus maravillosos mercadillos.
Espero que os haya gustado y elijáis un fin de semana cualquiera para hacer una escapada dulce, salada, navideña… deliciosa!
Espero que os haya gustado y elijáis un fin de semana cualquiera para hacer una escapada dulce, salada, navideña… deliciosa!
Feliz semana :)